miércoles, 25 de noviembre de 2015
socio cultura
Socio
cultura
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1. Enfoque histórico de la socio
cultura en Venezuela.
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2. Cambios surgidos en nuestra cultura.
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3. La cultura en la actualidad del
siglo XXI
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Profundizar
en la reflexión sobre los desafíos socio culturales de Venezuela
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La cultura de
Venezuela es una mezcla de tres
culturas distintas, la indígena, la africana y la española. La
transculturización y asimilación, condiciono para llegar a la cultura
venezolana actual. El momento actual es el resultado de todos los sucesos
desde hace más de 40 años de etapa democrática, es solamente cuando sucede el
sacudón de Caracas el 27 de febrero de 1989, que Venezuela de un salto como
consecuencia de este terremoto social. Nuestro país actualmente vive una
etapa de transición con fuertes cambios, ahora los venezolanos estamos
viviendo el desarrollo tanto económico, social y democrático, en donde el
pueblo tiene participación.
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En lo cultural: Se ha
rescatados los valores humanos, que conllevan a nuestra tradiciones, tales
como el joropo, La gaita, el tambor, El Tamunangue, entre otras.
En lo político: antes
los que tenían el poder político era un grupo pequeños, los cuales nunca se
preocuparon por el pueblo, pero con la llegada del HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS,
eso cambio en VENEZUELA ya que se crearon planes en donde el pueblo tuviera participación
en la política venezolana.
En lo social: se
crearon distintas misiones para beneficiar al pueblo, tanto en la salud como
en la alimentación, vivienda y educación.
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Durante el
transcurrir del siglo XXI, la sociedad venezolana se muestra bajo un complejo
cuadro entre el viejo esquema
consumista impuesto a partir de la década del 60 y la nueva identificación
como sociedad, cargada de elementos humanistas como la solidaridad, la
honestidad y el bienestar colectivo.
El siglo XXI trajo como las transformaciones económicas,
tecnológicas, científicas, políticas y sociales, creando un nuevo escenario
en el que deben convivir todas las culturas.
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jueves, 29 de octubre de 2015
Democracia es una forma de organización social que atribuye la
titularidad del poder al conjunto de la
sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en
la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante
mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a
sus representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia
social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se
establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
La democracia se define también a partir de la clásica
clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres
tipos básicos: monarquía (gobierno
de uno), aristocracia (gobierno
«de los mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles), democracia
(gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles).
Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas
reconocidas por el pueblo como sus representantes.
Hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los
ciudadanos su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan
ejercer una influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita
a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.
Democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los
miembros del pueblo, mediante plebiscitos vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y
votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Estas tres formas no son excluyentes y suelen
integrarse como mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos,
aunque siempre suele haber un mayor peso de una de las tres formas en un
sistema político concreto.
No debe confundirse República con
Democracia, pues aluden a principios distintos, la república es el gobierno de
la ley mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.
Formas de
democracia
Clásicamente
la democracia ha sido dividida en dos grandes formas: directa o representativa.
Democracia indirecta
o representativa
El
pueblo se limita a elegir a sus representantes para que estos deliberen y tomen
las decisiones con el poder que el pueblo les otorga por medio del voto.
Democracia semidirecta
o participativa
Algunos
autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia
semidirecta, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia indirecta. En la
democracia semidirecta el pueblo se expresa directamente en ciertas
circunstancias particulares, básicamente a través de cuatro mecanismos:
·
Referéndum.
El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.
·
Plebiscito.
El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma (constitución,
ley, tratado).
·
Iniciativa
popular. Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede proponer la sanción o
derogación de una ley.
·
Destitución
popular, revocación de mandato o recall. Mediante este procedimiento los
ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizado su
periodo.
Democracia directa
Un
Landsgemeinde (en 2009) del cantón de Glarus, un ejemplo de democracia directa
en Suiza.
Se
trata de la democracia en estado puro, tal como la vivieron sus fundadores
atenienses, se practica en Suiza. Las decisiones las toma el pueblo soberano en
asamblea. No existen representantes del pueblo, sino, en todo caso, delegados
que se hacen portavoces del pueblo, que únicamente emiten el mandato
asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no sólo por los
demócratas de la Antigua Grecia, sino también para muchos pensadores modernos
(Rousseau, por ejemplo) y para una buena parte del Socialismo y del Anarquismo.
Un ejemplo de democracia directa más conocido es el de la Atenas clásica.
Democracia líquida
Es
una clase de democracia directa en la que cada ciudadano tiene la posibilidad
de votar por Internet cada decisión del parlamento y realizar propuestas, pero
puede ceder su voto a un representante para aquellas decisiones en las que
prefiere no participar.
Revolución
Una
revolución (del latín revolutio, "una vuelta") es un cambio social
fundamental en la estructura de poder o la organización que toma lugar en un
período relativamente corto o largo dependiendo la estructura de la misma.
Aristóteles describía dos tipos de revoluciones políticas:
Ø Cambio completo desde una
constitución a otra.
Ø Modificación desde una
constitución existente.
Sus
orígenes pueden tener motivos de diversa índole, un cambio tecnológico, un
cambio social o un nuevo paradigma basta para que una sociedad cambie
radicalmente su estructura y gobierno. Las revoluciones pueden ser pacíficas
aunque en general implican violencia, al enfrentarse grupos conservadores con
el anterior régimen y aquellos que aspiran al cambio, o incluso entre los que
aspiran a un nuevo sistema, varias facciones enfrentadas. En la actualidad las
revoluciones son consideradas los puntos de inflexión de la historia, de los
que parten la mayoría de sistemas políticos y sociales actuales. Revoluciones
decisivas en la historia mundial serían Revolución de las Trece Colonias, la
Revolución francesa, las revoluciones independentistas de Latinoamérica o la
Revolución de Octubre.
Tipología de las
revoluciones
En
la historiografía se habla generalmente de tres tipos de revoluciones:
Revolución
política.
Es
aquella que se presenta cuando nuevas circunstancias económicas y sociales han
comenzado a transformar la sociedad, pero las leyes e instituciones políticas
tienden a frenar los cambios de mayor envergadura. La creencia radica en que al
conseguirse los cambios en personal y estructuras políticas, las
transformaciones económicas y sociales llegarán a un ritmo más acelerado y
podrán desarrollarse por completo. Las revoluciones de 1830 y 1848 son buenos
ejemplos de revoluciones políticas.
La
característica más importante que posee es la no pretensión de transferir
riquezas y/o propiedades de un grupo social a otro, generalmente quienes
impulsan estas revoluciones ya cuentan con poder económico y lo que buscan es
la abolición de restricción para aumentar su riqueza. Tienden a no ser
sangrientas en términos relativos. En sus inicios la Revolución Francesa era
fundamentalmente política
Las
revoluciones políticas se contraponen a las revoluciones sociales que sí
alteran las relaciones de propiedad. Lo que comienza como revolución política
puede derivar, por poco tiempo, en revolución social
Revolución
es una alteración absoluta de las estructuras establecidas en un orden social y
político para ser sustituidas por otras distintas. Es la sustitución del orden
social sobre el cual se basaba el anterior aparato político. Se considera que
la situación está corrompida por completo y es imposible reformarla, por lo
tanto la única solución es erradicarla en su totalidad y sustituirla por algo
nuevo.
Fases
revolucionarias
Primera fase: suele seguir la dirección de
aquellos revolucionarios que hayan mostrado mayor actividad y presión a favor
de los cambios en los años anteriores. Las masas tienen tendencia a movilizarse
en apoyo de las demandas de esos revolucionarios
Segunda fase: si el descontento continua, se
comienza a desarrollar una fase más radical. Las masas tienden a presionar para
conseguir cambios más concretos a su favor y más independientes al plantear sus
reivindicaciones. Surgen nuevos líderes y grupos revolucionarios que exigen
ampliación y profundidad del proceso revolucionario. Los primeros líderes de la
revolución comienzan a ser considerados conservadores y se sustituyen por más
radicales, este cambio se puede llevar a cabo mediante pugnas. El propósito
original en este punto se puede desviar hacia ámbitos que no habían deseado los
revolucionarios que ayudaron a desencadenarla.
Tercera fase: el hecho que los revolucionarios
continúen en el poder significa que deben ocuparse de los aspectos prácticos
del gobierno. El idealismo y la energía que alimentaron las fases iniciales se
van disipando. En esas circunstancias aparecerán líderes con mentalidad más
administrativa para consolidar la revolución. Los aspectos radicales se reducen
y se vuelve a los objetivos originales.
Revolución social. Una revolución social es una
factura.
Una
sociedad libre no puede estar en la sustitución de un nuevo orden del viejo
orden; ella debe ser la extensión de la esfera del libre actuar, hasta que haya
cambiado la mayor parte de la vida social.
Son
muchas las corrientes dentro de la izquierda anticapitalista que señalan que
una verdadera revolución social solo concluye con una revolución mundial, y
además, es social porque se produce desde y por las bases de la sociedad. En
este sentido estricto, todavía no se ha producido dicha revolución, dado que
todas las revoluciones triunfantes protagonizadas por las clases oprimidas han
quedado restringidas a un límite geográfico.
Revolución
económica.
Es
el cambio drástico, súbito de las condiciones en que se lleva a cabo la
producción, distribución y consumo de bienes y servicios, es decir, del conjunto
de la economía. Particularmente se aplica a los cambios tecnológicos, por lo
que suele identificarse o restringirse a la revolución tecnológica, aunque el
concepto es más amplio.
Existen otros tipos
como:
Revolución
científica,
Revolución
tecnológica,
Revolución
Industrial,
Para
ejemplificar las primeras pueden valer las tres grandes revoluciones que surgen
y se desarrollan entre los siglos XVIII y XIX, marcando el fin de la Edad
Moderna y el comienzo de la Edad Contemporánea.
La
Revolución francesa fue alcance político, porque se trataba de sustituir la
monarquía absoluta existente hasta 1789, para reemplazarlo por un sistema
político con características radicalmente opuestas, lo que permitió hablar de
un Antiguo Régimen y un Nuevo Régimen. Desde un punto de vista general, puede
incluirse la francesa entre las Revoluciones Liberales, entendidas como las que
aplican la ideología política liberal, y que habrían comenzado con la
independencia americana y continuarían en Europa occidental al menos hasta 1848.
lunes, 12 de octubre de 2015
EL ÁRBOL DE LAS 5 RAICES
Árbol de las Cinco Raíces
¿Qué es el árbol de las 5
raíces?
Las 5
raíces la constituyen el pensamiento de cinco compatriotas Simón Bolívar, Simón
Rodríguez, Ezequiel Zamora, Francisco de Miranda y Antonio José de Sucre. Las 5
líneas de pensamiento convergen y producen una sola resultante, perfectamente
compatible con el carácter social venezolano y latinoamericanas.
Este árbol que lo conforman 5 grandes héroes de nuestras historia, viene a unir al pueblos con las raíces históricas, un tanto olvidadas, es allí donde seguramente se encuentran las claves para descifrar el terrible enigma que nos mantiene en un ir y venir por el abismo de la historia, ya a las puertas del siglo XXI.
1ra. Raíz: SIMON RODRIGUEZ (EL MAESTRO)
Pedagogo
y escritor venezolano, nacido en Caracas en 1771 y fallecido en Amotape, Perú,
en 1854. Maestro de Simón Bolívar, sus inquietudes e ideas reformadoras
influyeron poderosamente en la formación de El Libertador, según él mismo
reconoció.
Simón Rodríguez se llamaba realmente Simón Carreño Rodríguez, pero prescindió del primer apellido a raíz de una desavenencia con su hermano Cayetano, músico de profesión. Por sus actividades conspiradoras, tuvo que emigrar en 1794 y cambió su nombre (Samuel Róbinson). La teatralidad de su existencia contrasta con su sentido estricto de la honestidad y la trascendencia renovadora de sus ideas pedagógicas y sociales.
Tuvo a su cuidado la educación del niño Simón Bolívar hasta los catorce años, y en 1804, cuando el maestro se encontraba en Viena, se le presentó el discípulo, que lo acompañó por Europa. Se dice que desde el Monte Sacro, en Roma, Simón Rodríguez hizo jurar a su discípulo que dedicaría su vida a luchar por la independencia de su patria. Sea ello cierto o no, forma parte de la teatralidad ritual que tanto influyó en el alma de Bolívar.
Después del triunfo de El Libertador, Simón Rodríguez fue director e inspector general de Instrucción Pública y Beneficencia, y organizó escuelas, pero su inquietud y su carácter no lo dejaron nunca asentar, mal que se agravó tras la muerte de Bolívar, cuando el maestro fue rodando hasta su avanzada ancianidad por Chile, Ecuador, Colombia y Perú, donde murió.
Pedagogo influido por Rousseau y Saint-Simon, Simón Rodríguez fue un reformador intuitivo. Dejó un legado de trabajos sueltos, de menor importancia que su personalidad, entre los que merecen citarse El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social; El suelo y sus habitantes; Extracto sucinto sobre la educación republicana; Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga y Crítica de las providencias del gobierno.
2da. Raíz. SIMÓN BOLÍVAR (EL LIDER)
“Seremos por siempre libres, iguales e independientes…”
Caudillo de la independencia hispanoamericana (Caracas, Venezuela, 1783 - Santa Marta, Colombia, 1830). Nacido en una familia de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu…) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt. Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 se juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.
Simón Bolívar En 1810 se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela dirigida por Miranda (aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el ejército francés). El fracaso de aquella intentona obligó a Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).
En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le daría el control del país.
Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia). Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó la Audiencia Quito (actual Ecuador) en unión de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran caudillo del movimiento independentista, San Martín, que había liberado Argentina y Chile, para ver la forma de cooperar en la liberación del Perú; ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones políticas (pues San Martín se inclinaba por crear regímenes monárquicos encabezados por príncipes europeos), desistiendo San Martín de entablar una lucha por el poder y dejando el campo libre a Bolívar (poco después se marcharía a Europa).
Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último bastión del continente en el que resistían los españoles, aprovechando las disensiones internas de los rebeldes del país (1823). En 1824 obtuvo la más decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia). Bolívar, presidente ya de Colombia (1819-30), lo fue también de Perú (1824-26) y de Bolivia (1825-26), implantando en estas dos últimas Repúblicas un modelo constitucional llamado «monocrático», con un presidente vitalicio y hereditario.
Sin embargo, los éxitos militares de Bolívar no fueron acompañados por logros políticos comparables. Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial despertó muchas reticencias; y el proyecto de una gran Hispanoamérica unida chocó con los sentimientos particularistas de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales del imperio español, cuyas oligarquías locales acabaron buscando la independencia política por separado
PENSAMIENTOS FILOSOFICOS
Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración a Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu. Todos estos pensadores hablan sobre a ley naturales, la igualdad de condición, los derechos humanos, entre otras...
El pensador Locke habla de la ley natural que se refería a ella como un decreto divino que ayuda a tener una armonía global a través disposición mental como la reverencia, temor a Dios, afecto filiar natural, amor al prójimo y acciones prohibidas como robar, matar y violaciones de libertad ajena.
Rousseau este pensador nos habla sobre el Hombre “natural” es decir primitivo que vivía aislado y que no vivía en guerra con nadie “Buen Salvaje” y de que esta condición natural ya no exista y que probablemente nuca vaya a existir pero que nos sirve para reflexionar.
También Dice que la Sociedad es un engaño por que los hombre supuestamente defienden a los más pobre y débiles pero no en realidad defienden a los más rico y fuertes; las diferencias son entre Ricos- Pobres; Poderosos-Débiles; Amos-Esclavos.
El pensamiento de Voltaire Este defendía la libertad de pensamiento, la tolerancia y la justicia por eso se convirtió en un símbolo del enciclopedismo y las modernas ideas ilustradas.
Está en contra de la tesis “Buen Salvaje” de Rousseau porque Voltaire no cree en ninguna bondad e inocencia natural del hombre y que no es la Sociedad ni el estado que hace que el hombre pierda su inocencia sino que el hombre genera sus propias condiciones de su miseria.
Montesquieu político, pensador filosófico y literato una de sus obras fue “El espíritu de las Leyes” en esta reúne las diferentes disciplinas económicas, derecho, arte, política. Lo más importante del “Espíritu de las leyes” es la frase que imagino: “leyes son las relaciones que se derivan de la naturaleza de las cosas”.
Este fue uno de los autores preso sociológicos más importantes, alcanzo a ver la diferencia entre las leyes del mundo físico y el mundo social afirmando que la vida social se basa en el mundo físico por un lado y el mundo natural por el otro. También afirma su teoría política del poder del estado y de la forma de gobierno, se inclina hacia la monarquía parlamentaria.
En conclusión Este pensadores defendían las leyes y decían que en el mundo no había igualdad de condiciones siempre iba haber una diferencia ya sea en Dinero, raza, cultura, creencia entre otras y que el hombre siempre va a estar en una constante ruina y miseria, el mismo está provocando esto ya que la inteligencia humana puede provocar muchos males.
3ra. Raíz: EZEQUIEL ZAMORA (EL GENERAL DEL PUEBLO)
“Tierras y hombres libres”
“Elección popular”
“Horror a la oligarquía”
Militar y político venezolano (Cua, Miranda, 1817 – San Carlos, Cojedes, 1860). Hijo de Alejandro Zamora y de Paula Correa, Ezequiel Zamora recibió una escasa educación.
Durante su juventud, su cuñado, el alsaciano Juan Cáspers, lo instruyó sobre la situación social y los movimientos políticos europeos; otro tanto hizo el abogado José María García, quien le dio nociones de filosofía, historia universal y derecho romano.
Ezequiel Zamora se estableció en Villa de Cura, Estado Aragua, donde abrió una tienda de víveres, y pronto amplió el negocio con el comercio ganadero y agrícola, en las poblaciones vecinas de los Estados Guárico y Apure. La lucha por el poder dividió al grupo político dirigente del país, entre el oficialismo, agrupado en torno al general José Antonio Páez, y el liberalismo de Antonio Leocadio Guzmán, que fundó en 1840 el Partido Liberal y su vocero El Venezolano, a través del cual difundía las ideas liberales.
Zamora se convirtió en dirigente regional del naciente partido, y en lector y difusor de la prensa de oposición. La crisis imperante se agudizó a partir de 1843, por lo que los alzamientos espontáneos de los campesinos llevarían a Zamora a asumir su liderazgo.
En 1846 encabezó un levantamiento en la localidad de Gumba, bajo las consignas de «tierra y hombres libres», respeto al campesino, eliminación de los godos y justa distribución de la riqueza, siendo conocido como «General del Pueblo Soberano». Al mando de un ejército campesino libró varios combates victoriosos; capturado, fue condenado a muerte pero se salvó al fugarse de la cárcel.
El presidente José Tadeo Monagas le conmutó la pena, enviándolo al ejército que combatía a los grupos paecistas alzados en armas; Zamora demostró su valor y talento en las batallas de San Carlos, Cabimas, Quisiro y Barinas. Se unió a la Guerra Federal iniciada en Coro en 1859 y dirigida por el general Juan Crisóstomo Falcón. Su ascendencia militar sobre las tropas le permitió desarrollar una campaña exitosa contra las fuerzas centralistas. Obtuvo diversas victorias, y en San Felipe reorganizó la provincia como una entidad federal con el nombre de Estado Yaracuy; continuó hasta Barinas, donde en 1859 recibió el título de Valiente Ciudadano.
Triunfante en la decisiva batalla de Santa Inés, Zamora se dirigió en 1859 hacia el centro del país; en el asalto de la ciudad de San Carlos recibió un balazo en la cabeza que le causó la muerte.
PENSAMIENTOS DE EZEQUIEL ZAMORA:
“Tierra y hombres libres”
“Oligarcas temblad, ¡Viva la Libertad!”
“Témanse las pasiones humanas, mas este temor no nos lleve a querer sofocarlas o a no dirigirlas al bien de la patria ni servirse de ellas en pro de la nación”.
“Si emprendemos la retirada por esa montaña, pereceremos todos miserablemente.
Si damos aquí una batalla, moriremos tal vez,
pero con gloria”
“Creí que un gobierno que infringe las leyes autoriza a los ciudadanos para levantarse en masa contra él: creí que las había infringido el gobierno de Venezuela: Creí en fin que era realidad cuanto decían los papeles que hoy han causado mi perdición”
4ta. Raíz: FRANCISCO DE MIRANDA (EL INTEGRACIONISTA)
"El
verdadero carácter de un patriota consiste en ser obediente a las leyes de
su país y miembro útil de la sociedad a la que pertenece"
Precursor del movimiento de emancipación de Hispanoamérica (Caracas, 1750 - San Fernando, Cádiz, 1816). Era hijo de un comerciante canario que había hecho fortuna en Venezuela. Francisco estudió en la Universidad de Caracas y se alistó en el ejército español en 1771. Combatió en el norte de África, en las Antillas y en la intervención contra Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (1780-81).
Luego se instaló como comerciante en Cuba. Pero fue procesado por contrabando y lectura de libros prohibidos en 1783; porque, efectivamente, Miranda era seguidor de los enciclopedistas y los filósofos ilustrados, cuyo ideario político liberal había adoptado.
Antes de ser desterrado al norte de África, consiguió huir y se lanzó, por lo que le quedaba de vida, a luchar contra la dominación colonial española en su país. Recorrió Europa y Estados Unidos defendiendo la causa de la independencia hispanoamericana, a imagen de lo que habían hecho las antiguas colonias británicas del continente. Su pertenencia a la masonería le facilitó el contacto con las personalidades más relevantes del mundo, a través de las logias europeas y americanas.
Durante su estancia en Francia, se adhirió a la Revolución, que le nombró general, y prestó sus servicios para la conquista francesa de los Países Bajos (1792-93); pero perdió el empleo por un conflicto con Dumoriez. Fue perseguido por el Comité de Salvación Pública durante el Terror (1793), pero se salvó de la guillotina por la caída de Robespierre. Luego presidió una junta de representantes de las colonias españolas de América (fundada en París en 1797), que respaldó su campaña en busca de apoyos internacionales.
En 1806 regresó a Venezuela, habiendo conseguido promesas de ayuda por parte de la zarina Catalina II de Rusia, el presidente americano Jefferson y, sobre todo, el Joven Pitt, primer ministro de Gran Bretaña, de cuyos intereses geoestratégicos se convirtió en agente.
Miranda pretendía formar un único Estado hispanoamericano independiente desde el Mississippi hasta la Tierra del Fuego, para el cual había proyectado una constitución, ideado un nombre -Colombia- e incluso diseñado una bandera (la actual de Colombia, Venezuela y Ecuador). Pero su primer intento de desembarcar en Ocumare fue rechazado por el capitán general de Venezuela; y un segundo desembarco en Coro no despertó la adhesión que esperaba por parte de los criollos, por lo que regresó a Europa en busca de refuerzos (1807).
La invasión de España por las tropas de Napoleón en 1808 creó en las colonias americanas una situación de desconcierto y vacío de poder, que los independentistas aprovecharon para lanzar su revolución con más garantías de éxito: Miranda fundó el periódico El Colombiano, desde el cual coordinó los movimientos revolucionarios que estallaron simultáneamente y con características semejantes en toda Hispanoamérica en 1810; en aquel año regresó a Venezuela, a instancias de Bolívar y de la junta revolucionaria formada en Caracas.
Un Congreso proclamó la independencia de Venezuela al año siguiente, adoptando una Constitución inspirada en la de los Estados Unidos. Miranda fue puesto al frente del ejército rebelde y se proclamó dictador para detener el contraataque español (1812). Pero fue derrotado y capituló sin consultar a sus propios compañeros en aquel mismo año; desacreditado por sus errores políticos y militares, y enfrentado tanto a los republicanos radicales como a los terratenientes conservadores, fue arrestado por Bolívar y entregado a los realistas, que le enviaron preso a España, donde murió.
5ta. Raíz: ANTONIO JOSÉ DE SUCRE (EL INTERNACIONALISTA)
“Ningún mensaje más agradable para un americano, que aquel cuyo objeto sea estrechar las relaciones de pueblos hermanos que, iguales en las desgracias y en la esclavitud, son llamados por Naturaleza a identificar su causa, su independencia y su gloria”
(Cumaná, actual Venezuela, 1795 - Sierra de Berruecos, Colombia, 1830) Militar y político venezolano. Miembro de una familia patricia venezolana de larga tradición militar al servicio de la Corona española, su padre, el teniente coronel Vicente Sucre y Urbaneja, se adhirió a pesar de ello a la causa emancipadora desde sus inicios.
Educado por su tío José Manuel, a los quince años se alistó en el ejército patriota como alférez de ingenieros y participó en la campaña de Miranda (1812) contra los realistas, durante la cual ascendió a teniente. Tras el fracaso de este primer intento emancipador, se refugió en la isla de Trinidad, donde entabló contacto con Mariño, a quien siguió en 1813 en la expedición de reconquista de Venezuela, en la que tomó Cumaná e intervino en la organización del ejército de Oriente.
Su arrojo y sus dotes para la guerra determinaron su ascenso a teniente coronel, y como tal tomó parte en la ofensiva sobre Caracas. Sin embargo, vencido su ejército en Aragua y Urica, debió huir para no ser apresado por los realistas. Integrado de nuevo en la lucha, en la segunda mitad de 1815 participó activamente en la defensa de Cartagena de Indias, desde donde pasó a combatir en la Guayana y el bajo Orinoco.
Con el grado de general de brigada, marchó en 1818 a Angostura, donde Simón Bolívar había instalado su cuartel general y organizaba la República. Allí se convirtió en uno de sus mejores lugartenientes y se ganó la amistad y el respeto del Libertador, quien destacó siempre sus dotes militares y su elevado sentido de la moralidad.
Enviado a las Antillas con la misión de obtener armas para el ejército, ingresó a su regreso en el estado mayor de Mariño, quien combatía en el Oriente venezolano; más tarde pasó al estado mayor de Bolívar y fue designado integrante de la comisión que firmó el armisticio y la regulación de la guerra de Santa Ana de Trujillo (1820) con el general realista Pablo Morillo, por el que se pretendía evitar al máximo los efectos de la guerra sobre la población civil.
Al año siguiente, marchó al frente de un ejército en apoyo de la sublevación de Guayaquil, puerto al cual también arribaron tropas del general San Martín. Comenzó entonces la campaña de liberación de Ecuador, que tuvo su culminación en Pichincha, batalla librada en 1822.
Con esta victoria de Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia, se consumó la de Ecuador y quedó el camino expedito para la liberación de Perú, tras la renuncia de San Martín. Sucre entró en Lima en 1823, precediendo a Bolívar, quien tomó todos los poderes en el país. Participó con él en la batalla de Junín y, el 9 de diciembre de 1824, venció al virrey La Serna en Ayacucho, acción que significó el fin del dominio español en el continente sudamericano.
El Parlamento peruano lo nombró gran mariscal y general en jefe de los ejércitos. Al frente de éstos marchó al Alto Perú, donde proclamó la República de Bolivia en homenaje al Libertador, a quien encargó la redacción de su Constitución. La Asamblea local lo nombró presidente vitalicio, pero dimitió en 1828 a raíz de los motines y la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana.
Se retiró entonces a Ecuador acompañado de su hija y de su esposa, la marquesa de Solanda. Poco después, acudió en ayuda de Colombia, invadida por el peruano José de la Mar, a quien derrotó en Portete de Tarqui. Tras la firma del tratado de Piura, marchó a Bogotá como delegado de Ecuador ante el Congreso allí reunido, en un momento en que la Gran Colombia se encontraba ya en proceso de desintegración. Formó parte de la comisión encargada de negociar con el general Páez, alzado en armas por la independencia de Venezuela. Poco después, también Ecuador la declaró, y hacia allí se dirigía para evitarla, cuando en la sierra de Berruecos cayó víctima de una emboscada, al parecer ordenada por José María Obando, jefe militar de la provincia de Pasto.
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