Árbol de las Cinco Raíces
¿Qué es el árbol de las 5
raíces?
Las 5
raíces la constituyen el pensamiento de cinco compatriotas Simón Bolívar, Simón
Rodríguez, Ezequiel Zamora, Francisco de Miranda y Antonio José de Sucre. Las 5
líneas de pensamiento convergen y producen una sola resultante, perfectamente
compatible con el carácter social venezolano y latinoamericanas.
Este árbol que lo conforman 5 grandes héroes de nuestras historia, viene a unir
al pueblos con las raíces históricas, un tanto olvidadas, es allí donde
seguramente se encuentran las claves para descifrar el terrible enigma que nos
mantiene en un ir y venir por el abismo de la historia, ya a las puertas del
siglo XXI.
1ra. Raíz: SIMON RODRIGUEZ (EL MAESTRO)
“¿Dónde iremos a buscar modelos? La América española es original.
Originales han de ser sus instituciones y sus gobiernos. Y originales, los
medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos”.
Pedagogo
y escritor venezolano, nacido en Caracas en 1771 y fallecido en Amotape, Perú,
en 1854. Maestro de Simón Bolívar, sus inquietudes e ideas reformadoras
influyeron poderosamente en la formación de El Libertador, según él mismo
reconoció.
Simón Rodríguez se llamaba realmente Simón Carreño Rodríguez, pero prescindió
del primer apellido a raíz de una desavenencia con su hermano Cayetano, músico
de profesión. Por sus actividades conspiradoras, tuvo que emigrar en 1794 y
cambió su nombre (Samuel Róbinson). La teatralidad de su existencia contrasta
con su sentido estricto de la honestidad y la trascendencia renovadora de sus
ideas pedagógicas y sociales.
Tuvo a su cuidado la educación del niño Simón Bolívar hasta los catorce años, y
en 1804, cuando el maestro se encontraba en Viena, se le presentó el discípulo,
que lo acompañó por Europa. Se dice que desde el Monte Sacro, en Roma, Simón
Rodríguez hizo jurar a su discípulo que dedicaría su vida a luchar por la
independencia de su patria. Sea ello cierto o no, forma parte de la teatralidad
ritual que tanto influyó en el alma de Bolívar.
Después del triunfo de El Libertador, Simón Rodríguez fue director e inspector
general de Instrucción Pública y Beneficencia, y organizó escuelas, pero su
inquietud y su carácter no lo dejaron nunca asentar, mal que se agravó tras la
muerte de Bolívar, cuando el maestro fue rodando hasta su avanzada ancianidad
por Chile, Ecuador, Colombia y Perú, donde murió.
Pedagogo influido por Rousseau y Saint-Simon, Simón Rodríguez fue un reformador
intuitivo. Dejó un legado de trabajos sueltos, de menor importancia que su
personalidad, entre los que merecen citarse El Libertador del Mediodía de
América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social;
El suelo y sus habitantes; Extracto sucinto sobre la educación republicana;
Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga y Crítica de las providencias
del gobierno.
2da. Raíz. SIMÓN BOLÍVAR (EL LIDER)
“Seremos por siempre libres, iguales e independientes…”
Caudillo de la independencia hispanoamericana (Caracas, Venezuela, 1783 - Santa
Marta, Colombia, 1830). Nacido en una familia de origen vasco de la hidalguía
criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la
Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu…) y viajando por Europa. En
París tomó contacto con las ideas de la Revolución y conoció personalmente a
Napoleón y Humboldt. Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales,
ya en 1805 se juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la
dominación española. Y, aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar
llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia
de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base
ideológica mediante sus propios escritos y discursos.
Simón Bolívar En 1810 se unió a la revolución independentista que estalló en
Venezuela dirigida por Miranda (aprovechando que la metrópoli se hallaba
ocupada por el ejército francés). El fracaso de aquella intentona obligó a
Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento,
lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la
rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).
En 1813 lanzó una segunda revolución, que entró triunfante en Caracas (de ese
momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador). Aún
hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de Morillo y Bobes, que
reconquistaron el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica
(1814-15); pero éste realizó una tercera revolución entre 1816 y 1819, que le
daría el control del país.
Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las
antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados
Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes
y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que
dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia).
Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819), que elaboró una Constitución
para la nueva República de Colombia, que englobaba lo que hoy son Colombia,
Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de
esta «Gran Colombia». Luego liberó la Audiencia Quito (actual Ecuador) en unión
de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran
caudillo del movimiento independentista, San Martín, que había liberado
Argentina y Chile, para ver la forma de cooperar en la liberación del Perú;
ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones políticas
(pues San Martín se inclinaba por crear regímenes monárquicos encabezados por príncipes
europeos), desistiendo San Martín de entablar una lucha por el poder y dejando
el campo libre a Bolívar (poco después se marcharía a Europa).
Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último
bastión del continente en el que resistían los españoles, aprovechando las
disensiones internas de los rebeldes del país (1823). En 1824 obtuvo la más
decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la
presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas
del Alto Perú fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar
(actual Bolivia). Bolívar, presidente ya de Colombia (1819-30), lo fue también
de Perú (1824-26) y de Bolivia (1825-26), implantando en estas dos últimas
Repúblicas un modelo constitucional llamado «monocrático», con un presidente
vitalicio y hereditario.
Sin embargo, los éxitos militares de Bolívar no fueron acompañados por logros
políticos comparables. Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial
despertó muchas reticencias; y el proyecto de una gran Hispanoamérica unida
chocó con los sentimientos particularistas de los antiguos virreinatos,
audiencias y capitanías generales del imperio español, cuyas oligarquías
locales acabaron buscando la independencia política por separado
PENSAMIENTOS FILOSOFICOS
Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración a Locke,
Rousseau, Voltaire, Montesquieu. Todos estos pensadores hablan sobre a ley
naturales, la igualdad de condición, los derechos humanos, entre otras...
El pensador Locke habla de la ley natural que se refería a ella como un decreto
divino que ayuda a tener una armonía global a través disposición mental como la
reverencia, temor a Dios, afecto filiar natural, amor al prójimo y acciones
prohibidas como robar, matar y violaciones de libertad ajena.
Rousseau este pensador nos habla sobre el Hombre “natural” es decir primitivo
que vivía aislado y que no vivía en guerra con nadie “Buen Salvaje” y de que
esta condición natural ya no exista y que probablemente nuca vaya a existir
pero que nos sirve para reflexionar.
También Dice que la Sociedad es un engaño por que los hombre supuestamente
defienden a los más pobre y débiles pero no en realidad defienden a los más
rico y fuertes; las diferencias son entre Ricos- Pobres; Poderosos-Débiles;
Amos-Esclavos.
El pensamiento de Voltaire Este defendía la libertad de pensamiento, la
tolerancia y la justicia por eso se convirtió en un símbolo del enciclopedismo
y las modernas ideas ilustradas.
Está en contra de la tesis “Buen Salvaje” de Rousseau porque Voltaire no cree
en ninguna bondad e inocencia natural del hombre y que no es la Sociedad ni el
estado que hace que el hombre pierda su inocencia sino que el hombre genera sus
propias condiciones de su miseria.
Montesquieu político, pensador filosófico y literato una de sus obras fue “El
espíritu de las Leyes” en esta reúne las diferentes disciplinas económicas,
derecho, arte, política. Lo más importante del “Espíritu de las leyes” es la
frase que imagino: “leyes son las relaciones que se derivan de la naturaleza de
las cosas”.
Este fue uno de los autores preso sociológicos más importantes, alcanzo a ver
la diferencia entre las leyes del mundo físico y el mundo social afirmando que
la vida social se basa en el mundo físico por un lado y el mundo natural por el
otro. También afirma su teoría política del poder del estado y de la forma de
gobierno, se inclina hacia la monarquía parlamentaria.
En conclusión Este pensadores defendían las leyes y decían que en el mundo no
había igualdad de condiciones siempre iba haber una diferencia ya sea en
Dinero, raza, cultura, creencia entre otras y que el hombre siempre va a estar
en una constante ruina y miseria, el mismo está provocando esto ya que la
inteligencia humana puede provocar muchos males.
3ra. Raíz: EZEQUIEL ZAMORA (EL GENERAL DEL PUEBLO)
“Tierras y hombres libres”
“Elección popular”
“Horror a la oligarquía”
Militar y político venezolano (Cua, Miranda, 1817 – San Carlos, Cojedes, 1860).
Hijo de Alejandro Zamora y de Paula Correa, Ezequiel Zamora recibió una escasa
educación.
Durante su juventud, su cuñado, el alsaciano Juan Cáspers, lo instruyó sobre la
situación social y los movimientos políticos europeos; otro tanto hizo el
abogado José María García, quien le dio nociones de filosofía, historia
universal y derecho romano.
Ezequiel Zamora se estableció en Villa de Cura, Estado Aragua, donde abrió una
tienda de víveres, y pronto amplió el negocio con el comercio ganadero y
agrícola, en las poblaciones vecinas de los Estados Guárico y Apure. La lucha
por el poder dividió al grupo político dirigente del país, entre el
oficialismo, agrupado en torno al general José Antonio Páez, y el liberalismo
de Antonio Leocadio Guzmán, que fundó en 1840 el Partido Liberal y su vocero El
Venezolano, a través del cual difundía las ideas liberales.
Zamora se convirtió en dirigente regional del naciente partido, y en lector y
difusor de la prensa de oposición. La crisis imperante se agudizó a partir de
1843, por lo que los alzamientos espontáneos de los campesinos llevarían a
Zamora a asumir su liderazgo.
En 1846 encabezó un levantamiento en la localidad de Gumba, bajo las consignas
de «tierra y hombres libres», respeto al campesino, eliminación de los godos y
justa distribución de la riqueza, siendo conocido como «General del Pueblo
Soberano». Al mando de un ejército campesino libró varios combates victoriosos;
capturado, fue condenado a muerte pero se salvó al fugarse de la cárcel.
El presidente José Tadeo Monagas le conmutó la pena, enviándolo al ejército que
combatía a los grupos paecistas alzados en armas; Zamora demostró su valor y
talento en las batallas de San Carlos, Cabimas, Quisiro y Barinas. Se unió a la
Guerra Federal iniciada en Coro en 1859 y dirigida por el general Juan
Crisóstomo Falcón. Su ascendencia militar sobre las tropas le permitió
desarrollar una campaña exitosa contra las fuerzas centralistas. Obtuvo
diversas victorias, y en San Felipe reorganizó la provincia como una entidad
federal con el nombre de Estado Yaracuy; continuó hasta Barinas, donde en 1859
recibió el título de Valiente Ciudadano.
Triunfante en la decisiva batalla de Santa Inés, Zamora se dirigió en 1859
hacia el centro del país; en el asalto de la ciudad de San Carlos recibió un
balazo en la cabeza que le causó la muerte.
PENSAMIENTOS DE EZEQUIEL ZAMORA:
“Tierra y hombres libres”
“Oligarcas temblad, ¡Viva la Libertad!”
“Témanse las pasiones humanas, mas este temor no nos lleve a querer sofocarlas
o a no dirigirlas al bien de la patria ni servirse de ellas en pro de la
nación”.
“Si emprendemos la retirada por esa montaña, pereceremos todos miserablemente.
Si damos aquí una batalla, moriremos tal vez,
pero con gloria”
“Creí que un gobierno que infringe las leyes autoriza a los ciudadanos para
levantarse en masa contra él: creí que las había infringido el gobierno de
Venezuela: Creí en fin que era realidad cuanto decían los papeles que hoy han
causado mi perdición”
4ta. Raíz: FRANCISCO DE MIRANDA (EL INTEGRACIONISTA)
"El
verdadero carácter de un patriota consiste en ser obediente a las leyes de
su país y miembro útil de la sociedad a la que pertenece"
Precursor del movimiento de emancipación de Hispanoamérica (Caracas, 1750 - San
Fernando, Cádiz, 1816). Era hijo de un comerciante canario que había hecho
fortuna en Venezuela. Francisco estudió en la Universidad de Caracas y se
alistó en el ejército español en 1771. Combatió en el norte de África, en las
Antillas y en la intervención contra Gran Bretaña durante la Guerra de
Independencia de los Estados Unidos (1780-81).
Luego se instaló como comerciante en Cuba. Pero fue procesado por contrabando y
lectura de libros prohibidos en 1783; porque, efectivamente, Miranda era
seguidor de los enciclopedistas y los filósofos ilustrados, cuyo ideario
político liberal había adoptado.
Antes de ser desterrado al norte de África, consiguió huir y se lanzó, por lo
que le quedaba de vida, a luchar contra la dominación colonial española en su
país. Recorrió Europa y Estados Unidos defendiendo la causa de la independencia
hispanoamericana, a imagen de lo que habían hecho las antiguas colonias
británicas del continente. Su pertenencia a la masonería le facilitó el
contacto con las personalidades más relevantes del mundo, a través de las
logias europeas y americanas.
Durante su estancia en Francia, se adhirió a la Revolución, que le nombró
general, y prestó sus servicios para la conquista francesa de los Países Bajos
(1792-93); pero perdió el empleo por un conflicto con Dumoriez. Fue perseguido
por el Comité de Salvación Pública durante el Terror (1793), pero se salvó de
la guillotina por la caída de Robespierre. Luego presidió una junta de
representantes de las colonias españolas de América (fundada en París en 1797),
que respaldó su campaña en busca de apoyos internacionales.
En 1806 regresó a Venezuela, habiendo conseguido promesas de ayuda por parte de
la zarina Catalina II de Rusia, el presidente americano Jefferson y, sobre todo,
el Joven Pitt, primer ministro de Gran Bretaña, de cuyos intereses
geoestratégicos se convirtió en agente.
Miranda pretendía formar un único Estado hispanoamericano independiente desde
el Mississippi hasta la Tierra del Fuego, para el cual había proyectado una
constitución, ideado un nombre -Colombia- e incluso diseñado una bandera (la
actual de Colombia, Venezuela y Ecuador). Pero su primer intento de desembarcar
en Ocumare fue rechazado por el capitán general de Venezuela; y un segundo
desembarco en Coro no despertó la adhesión que esperaba por parte de los
criollos, por lo que regresó a Europa en busca de refuerzos (1807).
La invasión de España por las tropas de Napoleón en 1808 creó en las colonias
americanas una situación de desconcierto y vacío de poder, que los
independentistas aprovecharon para lanzar su revolución con más garantías de
éxito: Miranda fundó el periódico El Colombiano, desde el cual coordinó los
movimientos revolucionarios que estallaron simultáneamente y con
características semejantes en toda Hispanoamérica en 1810; en aquel año regresó
a Venezuela, a instancias de Bolívar y de la junta revolucionaria formada en
Caracas.
Un Congreso proclamó la independencia de Venezuela al año siguiente, adoptando
una Constitución inspirada en la de los Estados Unidos. Miranda fue puesto al
frente del ejército rebelde y se proclamó dictador para detener el contraataque
español (1812). Pero fue derrotado y capituló sin consultar a sus propios
compañeros en aquel mismo año; desacreditado por sus errores políticos y
militares, y enfrentado tanto a los republicanos radicales como a los
terratenientes conservadores, fue arrestado por Bolívar y entregado a los
realistas, que le enviaron preso a España, donde murió.
5ta. Raíz: ANTONIO JOSÉ DE SUCRE (EL INTERNACIONALISTA)
“Ningún mensaje más agradable para un americano, que aquel cuyo objeto sea
estrechar las relaciones de pueblos hermanos que, iguales en las desgracias y
en la esclavitud, son llamados por Naturaleza a identificar su causa, su
independencia y su gloria”
(Cumaná, actual Venezuela, 1795 - Sierra de Berruecos, Colombia, 1830) Militar
y político venezolano. Miembro de una familia patricia venezolana de larga
tradición militar al servicio de la Corona española, su padre, el teniente
coronel Vicente Sucre y Urbaneja, se adhirió a pesar de ello a la causa
emancipadora desde sus inicios.
Educado por su tío José Manuel, a los quince años se alistó en el ejército
patriota como alférez de ingenieros y participó en la campaña de Miranda (1812)
contra los realistas, durante la cual ascendió a teniente. Tras el fracaso de
este primer intento emancipador, se refugió en la isla de Trinidad, donde
entabló contacto con Mariño, a quien siguió en 1813 en la expedición de
reconquista de Venezuela, en la que tomó Cumaná e intervino en la organización
del ejército de Oriente.
Su arrojo y sus dotes para la guerra determinaron su ascenso a teniente
coronel, y como tal tomó parte en la ofensiva sobre Caracas. Sin embargo,
vencido su ejército en Aragua y Urica, debió huir para no ser apresado por los
realistas. Integrado de nuevo en la lucha, en la segunda mitad de 1815
participó activamente en la defensa de Cartagena de Indias, desde donde pasó a
combatir en la Guayana y el bajo Orinoco.
Con el grado de general de brigada, marchó en 1818 a Angostura, donde Simón
Bolívar había instalado su cuartel general y organizaba la República. Allí se
convirtió en uno de sus mejores lugartenientes y se ganó la amistad y el
respeto del Libertador, quien destacó siempre sus dotes militares y su elevado
sentido de la moralidad.
Enviado a las Antillas con la misión de obtener armas para el ejército, ingresó
a su regreso en el estado mayor de Mariño, quien combatía en el Oriente venezolano;
más tarde pasó al estado mayor de Bolívar y fue designado integrante de la
comisión que firmó el armisticio y la regulación de la guerra de Santa Ana de
Trujillo (1820) con el general realista Pablo Morillo, por el que se pretendía
evitar al máximo los efectos de la guerra sobre la población civil.
Al año siguiente, marchó al frente de un ejército en apoyo de la sublevación de
Guayaquil, puerto al cual también arribaron tropas del general San Martín.
Comenzó entonces la campaña de liberación de Ecuador, que tuvo su culminación
en Pichincha, batalla librada en 1822.
Con esta victoria de Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia,
se consumó la de Ecuador y quedó el camino expedito para la liberación de Perú,
tras la renuncia de San Martín. Sucre entró en Lima en 1823, precediendo a
Bolívar, quien tomó todos los poderes en el país. Participó con él en la
batalla de Junín y, el 9 de diciembre de 1824, venció al virrey La Serna en
Ayacucho, acción que significó el fin del dominio español en el continente
sudamericano.
El Parlamento peruano lo nombró gran mariscal y general en jefe de los
ejércitos. Al frente de éstos marchó al Alto Perú, donde proclamó la República
de Bolivia en homenaje al Libertador, a quien encargó la redacción de su
Constitución. La Asamblea local lo nombró presidente vitalicio, pero dimitió en
1828 a raíz de los motines y la presión de los peruanos opuestos a la
independencia boliviana.
Se retiró entonces a Ecuador acompañado de su hija y de su esposa, la marquesa de
Solanda. Poco después, acudió en ayuda de Colombia, invadida por el peruano
José de la Mar, a quien derrotó en Portete de Tarqui. Tras la firma del tratado
de Piura, marchó a Bogotá como delegado de Ecuador ante el Congreso allí
reunido, en un momento en que la Gran Colombia se encontraba ya en proceso de
desintegración. Formó parte de la comisión encargada de negociar con el general
Páez, alzado en armas por la independencia de Venezuela. Poco después, también
Ecuador la declaró, y hacia allí se dirigía para evitarla, cuando en la sierra
de Berruecos cayó víctima de una emboscada, al parecer ordenada por José María
Obando, jefe militar de la provincia de Pasto.